¿Qué es GRITA LUCIÉRNAGA?

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Mi último ataque de ansiedad fue a finales de mayo de 2024 y fue determinante para crear Grita Luciérnaga.

 

Lloraba en la ducha, al irme a dormir, al recoger la casa, sentía que no trabajaba lo suficiente porque no iba al ritmo que debería de ir, me sentía inútil por no tener estabilidad económica pasado los treinta años y mil cosas más.

 

Un día me grabé porque necesitaba desahogarme y lo subí a mis stories de Instagram. Pedí que por favor no me escribiera nadie, de hecho, tras subir los vídeos, tiré el móvil y no quise saber nada, porque lo que sentí que debía de hacer lo hice y pude respirar aliviada, como si me quitase un peso de encima. Para mi sorpresa, mucha gente me escribió por privado, incluso personas con las que había trabajado hace más de diez años y no tuve contacto desde entonces, hasta personas que conocía desde mi infancia. La muestra de apoyo fue tal que me dejaron sin palabras y lo que más me impactó fue, la de personas que me contaron su situación personal con la ansiedad o estaban en el hoyo y que no podían más. Audios con la voz quebrada y textos mencionando que habían llorado al verme porque estaban pasando exactamente por lo mismo y lo difícil que era encontrar a alguien que los comprendiera y no sentirse mal por contarlo.

 

Mal por contarlo porque mucha gente no les creía, por verlo como una exageración o señal de debilidad.

 

Unas palabras que se toman a la ligera y que se hace más caso a quien no lo tiene o piensa por su beneficio propio que a quien lo padece. Por ello me animé a crear esta página tras ver lo importante que era y es contar tu experiencia. En este caso, de manera anónima para facilitar ese desahogue que uno necesita cuando se encuentra entre estas situaciones.

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En mi experiencia, la ansiedad me ha jugado muy malas pasadas hasta incluso acabar en Urgencias por tener el cuerpo medio paralizado. Siempre se me tensa el cuello, me cuesta hacer las cosas más simples, estoy emocionalmente inestable, me late el corazón a mil y la sensación de peligro permanece. Cuando después estoy bien, cada cierto mes o semana vuelve y siento que vivo condenada a ello. Como si no lograra quitármelo de encima. 

 

Tras mi depresión, poco a poco empecé a ser más consciente y aprendiendo más sobre mi mente. La falta de información en el pasado hizo que estas cosas las gestionara de la manera en la que pude y tras pasar por terapia, hizo que me diera cuenta de el porqué convivía con X síntomas desde entonces.

 

Aunque haya mucho camino por recorrer, la conclusión a la que llegué es que nadie quiere estar así. Porque pasar por esto no es ninguna invención. Cada uno ha tenido su experiencia de vida y lo que sucede en nuestras mentes sólo lo sabremos nosotros.

 

La determinación de hablar o no hablar sobre ello, es solamente tuya. Porque se trata de tu salud mental, no la de los demás. 

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A continuación os comparto mi testimonio. Un testimonio que escribí hace tres años cuando me di cuenta de mi situación: Autocrítica destructiva y miedo al rechazo. Llevaba poco tiempo en terapia y escribí lo que para mí fue determinante para seguir hacia adelante y empezar a curarme. Aquello me cambió para siempre porque lo solté todo y en mi trabajo, los diseños de collages me han permitido también expresar mis sentimientos e intentar comprender el de los demás.

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Nunca me cansaré de estar agradecida a mi psicóloga y a mi pareja de entonces por ayudarme a salir del hoyo. Literalmente, me salvaron la vida. 

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Muchísimas gracias por haberme leído hasta aquí y espero que esta página sirva para al menos, algo bueno. 

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Para quienes estéis pasando por esto, recordad, no estáis solos.

 

Un abrazo enorme:

Inés Lendínez