Mi mejor amigo fue mi abusador y nadie me cree porque él es el simpático y agradable mientras que yo soy la borde. Desde entonces no he vuelto a ser la misma. Él se quedó con mis amigos y yo estoy sola, cuestionándome una y otra vez mi existencia. Me he pasado el verano pensando en cómo sería suicidarme, en el fin de mi vida, mientras sé que él se la ha pasado de risas y fiestas.
Creo que no es justo.
Yo solo me fijé en el chico equivocado. Desde entonces le tengo pánico a los hombres y no sé cómo hacerle entender a mi cabeza que no todos los hombres son iguales. Pero eso da igual, porque nadie me logra quitar de la cabeza todo lo sucedido.
He perdido mis habilidades sociales por el miedo. He perdido las ganas de vivir. He perdido las fuerzas.
¿Qué me queda?